“Da igual a dónde, lo que importa es conocer, saber, aprender, explorar”
Ese buen recuerdo es lo que, seguramente, a lo largo de tu vida te ha impulsado a volver a viajar. Una y otra y otra vez, cerca y lejos, a descubrir la Península y a conquistar nuevos continentes.
Da igual a dónde, lo que importa es conocer, saber, aprender, explorar. Y a medida que creces tú, también crece contigo un ímpetu por descubrir nuevos rincones. Descubrir el mundo. Y te enganchas. Y no puedes parar. Y viajas una y otra vez. Y regresas y sólo piensas: ¿para cuándo el siguiente viaje?
Si tienes esa pasión por viajar seguro que vas en buen camino para tener el espíritu Wanderlust, aunque tener solo ganas no sea suficiente. ¿Pero qué significa exactamente espíritu Wanderlust?
La palabra Wanderlust tiene un origen germano y hace referencia a aquella persona a la que le entusiasma viajar, explorar, descubrir, aprender…
Es un término compuesto que está formado por Wandern (en castellano, algo así como “caminar sin rumbo”) y Lust (“pasión”).
En otras palabras, sirve para englobar a todas aquellas personas a las que nos entusiasma viajar.
En algunos de nosotros este espíritu crece dentro del cuerpo y no hay manera de extinguirlo Somos almas inquietas que siempre están pensando a dónde ir, cuándo será el próximo viaje, qué sitios nuevos conoceremos y qué nuevas aventuras encontraremos.
Wanderlust: ¿Cuestión De Genética?
El deseo de explorar el mundo y de salir por la puerta de casa a la mínima ocasión posible, se ha convertido en una auténtica epidemia en los últimos años y el confinamiento nos ha contribuido a ello.
Hay algunos científicos que dicen que el espíritu Wanderlust se encuentra en nuestros genes, en concreto en el DRD4, un receptor de dopamina (es decir, un neurotransmisor del placer), que ya ha sido bautizado como el “gen del viajero”.
En este sentido, diversos centros de investigación, entre ellos el Salk Institute of Biological Sciences de California han demostrado la relación existente entre la dopamina y la tendencia a tomar decisiones impulsivas, y también el exceso de dopamina y el DRD4, que llevan al individuo a arriesgarse a probar nuevas experiencias.
«Hay algunos científicos que dicen que el espíritu Wanderlust se encuentra en nuestros genes, en concreto en el DRD4, un receptor de dopamina (es decir, un neurotransmisor del placer), que ya ha sido bautizado como el “gen del viajero”.»
Sin embargo, no todos las personas poseen el gen Wanderlust.
El sociólogo norteamericano Chaunsheng Chen determinó a finales de los años 90 que solo lo tiene un 20% de la población y que su incidencia es mayor en las zonas del planeta en las que tradicionalmente y a lo largo de la historia se ha fomentado el viaje, una tesis también avalada por David Dobbs, un investigador de National Geographic
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